Música que te transportará a tu lugar favorito (o no) en los Discos de la Semana
Weirdo - Emma-Jean Thackray
Tania
Weirdo no es solo un álbum, es un momento. Es estar sentadx en el piso de la regadera, abrazando tus piernas mientras el agua cae, no para consolarte, sino para que el sonido del agua ahogue el de tu llanto. Weirdo es Bella Swan en Luna Nueva, inmóvil frente a la ventana mientras pasa el otoño y suena There’s a possibility,. Weirdo es el duelo más crudo, narrado con un saxofón de fondo.
La portada te avisa que va a doler: un baño setentero donde un patito amarillo, una tina rosa y la sombra de ojos verde de Emma contrastan con la tristeza profunda de su mirada. Sus ojos, vacíos, contemplan la vida y la muerte, casi retando a la tostadora que está conectada y al borde de caer. Weirdo es una imagen que no grita, pero pesa. Transmite ese entumecimiento emocional donde seguir vivx se siente más como una decisión que como un instinto.
Emma-Jean Thackray escribió, arregló, produjo e interpretó cada segundo de este disco sola, desde su departamento, después de la muerte repentina de su pareja. El resultado es una obra profundamente íntima y vulnerable, donde su luto se convierte en un recorrido emocional guiado por el sonido. Weirdo es cada etapa del duelo: el groove disociado de la negación; el caos psicodélico de la ira; los patrones obsesivos y circulares de la negociación; la lentitud densa de la depresión; y, la luz tenue que entra por la ventana al final, con la aceptación, que aparece en It’s Okay o Thank You For The Day.
El título del disco no miente, Weirdo ES raro, tiene giros y texturas distintas en cada canción, dejando que hablen su propio idioma emocional. Weirdo es echarle limón a la herida. Weirdo es twittear a las tres de la mañana Wanna Die, “What Is The Point” o “Save Me” cuando el insomnio y la tristeza te impiden dormir.
Y, sin embargo, no solo está la tristeza. Hay algo más. Porque Weirdo también es eso que hacemos muchos cuando el dolor nos supera: Weirdo es crear, es volverlo algo, es hacer cosas hermosas e incómodas. Weirdo es poder reirte de tu propia desgracia para procesar lo que pasó.
Escuchar Weirdo es como recibir un abrazo cuando no quieres que te toquen. Te deja rotx, pero entendidx. Como si alguien hubiera agarrado todo lo que no pudiste decir… y lo convirtiera en arte.
Luster - Maria Sommerville
Marian
Para escapar del tráfico sofocante, Luster de Maria Sommerville me hace entrar en los bellos jardines oníricos de Irlanda. Desde la portada, un espacio amplio, simple, luminoso que me cautiva. Es la puerta que abro desde mi coche para dejar los claxons atrás y sumergirme en el brillo, en la fresca brisa de la primavera y la pureza de los campos de su música. ¿Qué es la música sino un jardín sonoro que compartir y cuidar?
Apenas su segundo álbum y Sommerville muestra ramas y raíces nuevas y profundas tanto en su instrumentalización mística del show gaze y el dream pop como en layering vocal de canciones como Up, que literalmente me hace ascender. Ya en las nubes de Luster, todo se ve con más claridad y la relajante inmensidad me recuerda a mi hogar, mi jardín y las flores que nacen en él.
Luster es el jardín que Maria comparte con el mundo, son las semillas y las flores y el pasto, es un lugar de paz, inspiración y serenidad. Un lugar como el hogar.
Under Tangled Silence - DjRUM
Andrés
Felix Manuel aka DjRUM, el maestro de las tres bandejas, vuelve del subterráneo tras siete años de ausencia con la producción de su tercer álbum de estudio Under Tangled Silence. Este LP, de una hora dos minutos, de duración llega con la fuerza de un ciclón a sacudir todas tus concepciones previas acerca del género, trayendo consigo una amalgama de ritmos y sonidos que te van a poner la piel chinita. Los 11 tracks que lo componen están llenos de giros inesperados, ritmos rotos y abstractos, energía desbordante pero sobre todo de emoción.
En un mundo dominado por la música electrónica genérica, resulta difícil encontrar álbumes que cuenten una historia, que tengan una narrativa, fluidez y cohesión entre canciones para agarrarte y no soltarte de principio a fin y este álbum cuenta con todo esto y muchos más. La no repetitividad y la fusión de sonoridades y texturas provenientes de géneros como el ambient, jazz, breakbeats y jungle lo hacen el álbum perfecto para llevarte en un viaje sónico delicioso.
Como dato curioso, DjRUM comentó en una entrevista para Bandcamp que el nombre Under Tangled Silence hace alusión a un estado emocional y mental “enredado y confuso” que atravesó el productor hace algunos años “Mi salud mental fluctúa, supongo, como la de muchos de nosotros” y el resultado de este estado fue un diálogo introspectivo entre el mundo digital y el mundo análogo que resuena en los lugares más tiernos del alma.
Este álbum tiene muchos aciertos y todavía no logro descifrarlos todos aunque lo haya escuchado en repetición todo el día (literalmente). Logra transmitir emoción, desde la melancolía y la euforia hasta el ¿¿¿QUÉ??? y eso es algo que probablemente te va a encantar.
Como menciona la icónica Björk: “la gente dice que la música electrónica no tiene emoción y culpan a las computadoras por ello, pero no pueden culparlas, si no hay emoción es porque nadie la puso ahí”. Es por eso que solo puedo decirte que este álbum suena como el soundtrack de tu estado onírico más vívido y hermoso, no vas a entender nada pero lo vas a entender todo, así que agárrate tus audífonos (o tu sistema de sonido de confianza), pon este disco, trépale y a ver qué te saca.
Florilegium - Uwade
Ana Lau
Todos tenemos un ramo de recuerdos plantado en el jardín de la memoria. Algunos florecen, otros apenas brotan, y algunos se marchitan antes de entenderlos.
Florilegium, el álbum debut de Uwade Akhere, cantante nigeriana -cuyo nombre significa “colección de flores” en latín-, es justo eso nueve canciones que guardan emociones, recuerdos y fragmentos de historia. Algunas huelen a nostalgia, otras a pérdida, y otras simplemente te invitan a moverte.
Uwade fusiona folk, soul, R&B y ritmos de África occidental, e incluso incluye proverbios en idioma Edo recitados por su madre. Sus canciones hablan del duelo y la gratitud, del deseo de regresar a lugares que ya no existen. Como canta en Call It a Draw “Take it back to the way you started. Don’t remember the way you parted.”.
Este disco no se queda en la tristeza: la transforma en algo íntimo, profundo y, a veces, bailable. Y aunque te habla desde la ausencia, también te invita a moverte, como si al bailar encontráramos otra forma de recordar sin rompernos.
viagr aboys - Viagra Boys
Bibi
Este disco es un viaje raro y sucio que te transporta a un lugar donde la realidad se distorsiona de la manera más absurda. Como salir de una fiesta en un callejón húmedo y darte cuenta de que todo es una farsa, o ver un antro con las luces encendidas y descubrir que, en realidad, ese espacio que con luces bajas, lleno de gente y un par de copas parece increíble es solo un lugar rascuacho.
Los Viagra Boys son suecos, pero su sonido tiene más en común con el garage gringo pasado de vueltas, lleno de letras que se burlan de todo, comenzando por ellos mismos.
El mismo título refleja perfectamente el humor descarado que atraviesa todo el disco: una mezcla de ironía, testosterona disfuncional y caos. Es punk sin pretensiones, con saxofón, sudor y ese groove cochino que se pega como el olor a cigarro. La portada lo resume sin decir mucho: una figura humanoide con un embudo en la cabeza, boca vacía y orejas puntiagudas, como un alienado perdido en una comedia absurda.
viagr aboys suena como si alguien estuviera escribiendo mal su propio nombre a propósito, y justo ahí radica su encanto: es un disco feo con estilo, raro con propósito y, sobre todo, adictivamente honesto. Ponlo cuando necesites un respiro del mundo o cuando quieras reírte un poco de todo lo que te rodea, porque este disco, en su locura, tiene una energía única que engancha desde el primer momento.
No Rocket Required - The Moonlandingz
Pontas
De esos álbumes que te dice mucho sólo con ver la portada. Es lo que parece ser la superficie de una mesa metálica color aluminio y al centro un hoyo en el que se puede ver lo que sólo podría definir como una boca extraterrestre (en realidad es un higo cortado a la mitad).
¿Qué tiene esto que ver con el sonido del álbum? No sólo con el misterio y leve asqueo que me provoca, sino por rodear un concepto crudo e incómodo con música brillante y pulida. Y cuando digo esto, me refiero al brillo y pulcritud de una pista de baile. Desde la primera canción me llevaron a un lugar específico: un antro británico donde lo único limpio es la pista y bajo los efectos del alcohol de una cerveza Guinness, un sujeto escocés de aliento rancio se acerca a darme un sermón sobre lo que considera buena y mala música bajo una instrumental de dance electrónico.
Este disco es para bailar, pero en ánimos sumamente distintos. De repente estás bailando mientras distintos sujetos se acercan a cantarte de forma a veces susurrada y a veces sensualmente incómoda la letra que se les va ocurriendo para la instrumental sonando.
En otros momentos, estás bailando como si fuera un rave al aire libre en donde el cansancio no te deja pensar bien cómo es que llegaste ahí para empezar. Como alternativa a esto, están las colaboraciones de Iggy Pop y Nadine Shah. La primera canción con tono baladoso digna de estar en la playlist de tu papá titulada “inglés light” y la segunda es un rito psicodélico que sonaría en un culto británico alternachido que escucha goth rock.
Sin embargo, bajo el sudor y emoción del baile, está la época en donde surge este lanzamiento. El debut salió en 2018, plena época del Brexit y primera victoria de Trump. Siete años después, este disco llega después de la segunda victoria de Trump, la muerte del papa, múltiples guerras y los líderes del mundo destruyendo vidas, casas y países. ¿Qué hacer ante todo esto? ¿Ante este centro amargo, crudo y difícil de tragar? Una de las formas más puras de organización, conexión y comunidad: bailar. ¿Es suficiente? Definitivamente no, pero es parte de resistir.