Instantes que te transformarán en un holograma con Stereolab

Instantes que te transformarán en un holograma con Stereolab

Por Brenda Liviere Camacho

Fue en la radio donde descubrí a Stereolab. Para ser exacta, fue un lunes pasada la medianoche cuando uno de mis locutores favoritos introdujo la siguiente canción que sonaría: Cybele’s Reverie.

Recuerdo escuchar las primeras notas de la pieza y sentir asombro, enamoramiento, una sensación de “qué increíble es poder estar viva y descubrir música nueva, de tener un universo nuevo que habitar”. Fue un flechazo a primera escucha que años después perduraría.

Muchos años después de ese momento, específicamente en 2019, pasó algo increíble: los astros se alinearon y vinieron a México. Yo tenía un trabajo medio godín por el que me encontraba en Guanajuato y pensé que no valía ni la pena intentarlo porque no lograría llegar a tiempo al concierto. Pero recapacité, porque el mundo no es de los cobardes, y ese sábado 26 de octubre viajé unas nueve horas para llegar a Las Caballerizas en Huixquilucan -de entre todos los lugares- y poder presenciar algo que nunca imaginé que vería en vivo: Stereolab en el Estado de México. 

Lo que experimenté ese día espero no olvidarlo nunca. Me gustaría pensar en retrospectiva que esa presentación fue una promesa de que no estaban ahí solo para llenar a unxs cuantxs necios de anécdotas que después pudiéramos contar a nuestros hijes sobre cómo vimos a una de las mejores bandas de nuestra generación rodeadxs de árboles y muchísimo lodo. Sino de que algún día volverían a regalarnos nueva música. 

Y es que después de que pasaran quince años sin lanzar un nuevo álbum de estudio, Instant Holograms On Metal Film es lo mejor que le pudo haber pasado a ésta semana en la música. Seré breve en mis razones y que si se quedan con algo de este texto sea más que nada la invitación a que se den una hora para escuchar en su totalidad éste material. 

No es un disco que pretenda darnos lecciones de nada, sino ser una semilla para la curiosidad, verdaderamente explorar otros universos, nuevas posibilidades, reimaginar. 

En cuanto a su sonido, no bromeaba cuando dije al inicio de este texto que Stereolab es un universo sonoro. Siento que son como un imán que atrae todo lo que les rodea y lo filtran por sus increíbles mentes para devolverlo sonoramente en una mezcla hiper completa en cuanto a géneros musicales: jazz, bossa, space age pop, kraut, ambient, entre otra infinidad de cosas. Para mí no hay una banda que suene a lo que ellos logran musicalmente en la actualidad, ni algo que se asemeje a Instant Holograms On Metal Film

En una entrevista, Laetitia Sadier dijo que ella siente que vino a este mundo a aprender. Y creo que justo este disco es una invitación a eso, a que nos atrevamos a explorarlo absolutamente todo (no necesariamente de una manera feral si no con consciencia del lugar que ocupamos en el mundo), y a recordar que tenemos poder de decisión pero sobre todo de acción. 

Escuchar este disco para mí esta semana no ha sido necesariamente regresar al pasado a aquellos días mágicos en los que la costumbre era descubrir música nueva en la radio con personas reales y no comandados por el algoritmo de las plataformas de streaming, sino a imaginar aquellos nuevos espacios que aún podemos construir, procurar y habitar.

El mundo era caótico en 1990 cuando empezaron y el mundo sigue siendo caótico ahora, pero, ¿cómo podemos continuar sabiendo eso sin perder la cabeza? Pues no olvidando cómo soñar, cómo relacionarnos, cómo amar. Y nos lo dicen clarito a lo largo de los trece tracks. 

Y ahora que regresan a México y tendré una nueva oportunidad de verles ahora en una locación más amable (para unxs, más hostil para otrxs) me emociona sobre todo pensar que no son aún una banda cuyos éxitos están en el pasado, sino que siguen construyendo su legado y pensando (como siempre hemos sospechado) en el futuro.

Estos discos aunque podrían ser replicables, no puedes pedirlos en Temu

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