Weirdo: el diario de sobrevivencia de Emma-Jean Thackray

Weirdo: el diario de sobrevivencia de Emma-Jean Thackray

Por Ana Valencia

En la cultura popular, la contradicción emocional es un elemento sutil pero constante en varias representaciones.

Podría entrar en términos cinematográficos más snobs y referirme directamente al sonido contrapuntístico: escenas diseñadas para que las imágenes y la música den mensajes contradictorios, creando un choque emocional para atenuar o acentuar estas sensaciones. Asesinos cometiendo los actos más despreciables con Enya de fondo, escenas súper violentas atenuadas con una lente de color azul, personajes diminutos -y ridículos- llamados oompas loompas bailando y cantando sobre el destino fatal de unos niños malcriados, o la animación de una estrella completamente adorable hablando sobre el vacío de la vida y el abismo de la existencia. 

Esa es la misma sensación que nos da Emma-Jean Thackray con Weirdo, el Extracto de la semana.

Emma-Jean Thackray y el disco Weirdo.

Foto: Bandcamp

Weirdo  al inicio fue planeado como un álbum que hablara sobre el vivir con una neurodivergencia. La lucha, aceptación y reconciliación con su diagnóstico de TDAH, y el tomar como bandera ser llamada una weirdo toda la vida.

Emma-Jean estudió jazz en varios conservatorios, y creo que ser músico de jazz es la profesión perfecta para alguien con hiperactividad: enfocarse en tantas notas y escalas al mismo tiempo, resolver rápidamente una melodía e improvisar, sólo lo pueden lograr personas con una mente extraordinaria. Esta apropiación y orgullo de ser una weirdo se mantiene en las dos primeras canciones del álbum Something Wrong With Your Mind y Weirdo.

Esta narrativa cambió al inicio de 2023, cuando la pareja de Emma-Jean falleció repentinamente por causas naturales. Obviamente este suceso cambió la vida de Emma. Se refugió en su casa-estudio por meses, y es abiertamente honesta cuando dice que ya no quería seguir viviendo. Pasaba días mirando la pared Staring At The Wall, otros días durmiendo Let Me Sleep; otros más sin comer nada y cuando lo hacía sólo comía arroz frito - lo único que su estómago soportaba- como lo hace saber en Fried Rice y Tofu. Al final, este disco se convirtió en su diario de duelo y terapia. 

La repetición es un elemento constante a lo largo de todo el material: los bajos repitiendo la misma línea como una suerte de red de seguridad que sostiene todo; las letras oscilando entre gritos de ayuda y la constante auto proclamación de “Estoy bien”. Tal vez en un intento de creerlo ella misma.

Estoy bien. 

Sin haber escuchado ninguna canción, cualquiera pensaría que bajo este contexto, lo más atinado sería que el sonido del álbum fuera más allegado al jazz noir, pero es todo lo contrario. Suena a algo completamente nuevo para Emma: es irónico, divertido, bailable, groovero, y por momentos hasta rockero. En una entrevista junto a Gilles Peterson, Emma cuenta que si pudiera describir lo que buscaba en Weirdo musicalmente hablando, sería como si Kurt Cobain, Steely Dan y Radiohead se aislaran en una cabaña en el bosque, escucharan mucho soul, house y pop, y poco a poco se volvieran locos. 

Contradiciendo la disciplina jazzística clásica y estricta, aquí el bajo no “camina”, aquí baila; las baterías rozan en el acid jazz; los metales en unísono con la voz y no en un rol principal, y se acompaña de instrumentos poco convencionales en el género como secuencias y sintetizadores que por breves momentos dan el sabor de estar escuchando progresivo.

Las guitarras tienen un papel interesante a lo largo del material, para Emma la guitarra simboliza la furia. Es un instrumento usado en varios géneros poderosos asociados con el enojo, y si la ecualizas de cierta forma, puede llegar a sonar como cuchillos súper afilados gritándote en la cara. En Stay  se nota muy bien el acercamiento a este instrumento: la canción termina con un solo de guitarra -único en su especie- que no busca tomar el rol protagónico, sino acompañar y sumar. 

Estoy bien. 

Emma-Jean Thackray.

Foto: Lewis Vorn de Stereogum

Emma-Jean es multiinstrumentista. Todos los instrumentos que puedas imaginar, ella los toca. Para Weirdo no sólo compuso todo, también tocó todos los instrumentos, grabó, produjo y mezcló el álbum ella sola. Las únicas excepciones fueron las dos colaboraciones del álbum: Black Hole junto al músico, actor y ¿comediante? Reggie Watts, que abona al sentido irónico del álbum con una improvisación/oda espacial al P-Funk de los 70; e It’s Okay junto al percusionista y rapero Kassa Overall, que funge más como un abrazo de un ser querido cuando estás al borde del abismo. 

Si bien Emma-Jean es una diosa en el género, no es omnipresente, y si lo fuera se vería como el video del primer sencillo que lanzó para promocionar el álbum Wanna Die, donde se presenta ella misma tocando todos los instrumentos y que es el ejemplo perfecto al sonido contrapuntístico.  Como fun fact, incluye también un cameo del icónico Gilles Peterson como presentador de televisión de los 70:

Estoy bien

Weirdo es su material más personal, más íntimo e indirectamente más desgarrador. En la portada del álbum, con un fondo rosa, vemos a Emma-Jean en una tina con maquillaje glam, pero resalta la tétrica presencia de una tostadora, como ese invitado incómodo que sólo esperas el momento en que arruine la fiesta. Físicamente, cuando ya abres el disco, Emma está afuera de la tina, y es cuando te das cuenta de que entendiste el mensaje. A pesar de todo el dolor, la pausa, el silencio y el duelo; el mensaje final del álbum es Emma declamando que sí logró salir de esa tina, sí siguió haciendo música, sí sigue haciendo giras y sí…

Está bien. 

Aunque haya tenido que repetirlo muchas veces para creerlo. 

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