Aquí les dejamos unos discos para la semana; escuchen como puedan
El estado de ánimo determina la percepción. Cualquier emoción es un estado alterado, después de todo.
Necesariamente, la química cerebral moldea las condiciones en las que el cuerpo recibe los estímulos del entorno. Es posible que si uno está teniendo un día de mierda, pueda echarse a perder un disco que probablemente, si lo estuviera escuchando en el mejor día de su vida, sería un clásico instantáneo para tener en la guantera del coche (en una realidad en la que todavía existieran los reproductores de cds).
Me pasó con el Brit Pop completito. En la edad en la que uno llega a Pulp y a Oasis, tuve un día de mierda prolongado como tres años. Uno pensaría que un episodio depresivo es la incubadora perfecta para esas bandas de inglesitos pusilánimes, pero no.
También tuve un día de mierda el día que escuché a los Beatles, entonces ya veníamos mal desde antes. Hay mejores estados alterados que el de la incapacidad de disfrutar las maravillas de la vida. La euforia es mi favorita, pero no puede uno pretender que la vida es el perfil de Instagram de Fred again… porque simplemente no es verdad.
Podría sentarme en el tapete persa de mi era new age y decirles que lo más conveniente es aspirar al Budismo y buscar el estado puro del ser para que cualquier estímulo llegue a un cuerpo sin precondiciones químicas, un cerebro en blanco. Pero en este momento me estoy tomando una jarra de café turco y me estoy “comiendo un sandwich”.
Me encantan los estados alterados. No creo que se pueda vivir en un estado puro. Si mis raíces están en el punk más rancio y la música triste, no puedo decirles que mi cerebro es un jardín zen, y no espero que el suyo lo sea. Bueno, aquí hay unos discos. Escuchen como puedan, en el estado que quieran.
Raquel
ANGIE - Spill Tab
Tania
Estar en tus veintitantos es de las peores etapas de tu vida. Te gradúas, buscas algo de independencia o de plano, te vas de tu casa. Te rompen el corazón mil veces y los que más duelen ni siquiera son amorosos, son los de amistad. Te conoces a partir de estas experiencias, pero te desconoces en el antro, te amas y te odias con la misma intensidad. Es una montaña rusa emocional que muchas veces termina en que te vuelves medio pick me, pero al final, es parte del desarrollo de tu personaje.
Este disco es eso. Una experiencia caótica, honesta y liberadora en la que Claire Chicha se habla a sí misma, se desarma y se reconstruye mientras intenta entender los últimos años de su vida. En menos de lo que dura un buen chismecito con tu mejor amiga, te lleva de la mano por ese enredo emocional con sonidos que mezclan el pop electrónico, vibras brat y la introspección al estilo Billie Eilish.
Si GIRLS se rehiciera, pero con cringe gen z en vez de millennial, ANGIE sería parte del soundtrack. No está para darte respuestas, más bien, para acompañarte en el caos. No pretende ser el álbum del verano, pero probablemente termine siéndolo. Y si no, mínimo va a extenderte la mano cuando todo lo demás se sienta raro.
Earcandy - Miso Extra
Silvana
Un dato curioso sobre mí es que hubo un tiempo en el que intenté aprender japonés (solo para fallar épicamente en el intento), y éste álbum debut me recordó aquellos tiempos en los que me desvelaba escuchando música en el idioma para convencerme a mí misma de que comprendía algo de lo que decía la letra. Estoy segura de que si mi yo de 17 años hubiera escuchado este material, se habría viciado con él hasta la saciedad.
El álbum es un buen primer acercamiento al pop japonés, pues tiene ese toque bubblegum sin ser demasiado empalagoso, algo que suele suceder con la música nipona para nuestros oídos occidentalizados. Además, la artista juega con elementos del hyper-pop, una tendencia a la alza en los últimos años. En el álbum, esto se puede escuchar más claramente durante la rola Good Kisses, una colaboración con el viejo pionero del pop indie, Metronomy.
Estos recursos, además, son complementados con sonidos ambientales de Japón. De hecho, el álbum nos recibe con una voz femenina, proveniente de las bocinas de un tren, haciéndonos saber amablemente que estamos llegando a la siguiente parada.
Si algún lector, al igual que yo, está en el proceso de acercarse a la cultura japonesa, Earcandy es la perfecta oportunidad, pues es un álbum fuertemente influenciado por esa cultura, pero que mediante el uso de sonidos que ya conocemos e incluyendo palabras y oraciones en inglés, la artista nos invita a darle la oportunidad a nuevas propuestas, sin salirnos completamente de nuestra zona de confort.
peliculas de serie b - peliculas de serie b
Pontas
Sí alguien me preguntara a qué suena la escena underground mexicana en pleno 2025, les podría este EP. Desde la introducción tenemos todos los ingredientes: gritos, sintetizadores saturados e instrumentos de viento que parecen pedir ayuda. Solo faltan las guitarras, y la siguiente canción Clairo se encarga de introducirlas. Un riff pegajoso estilo The Strokes en el audífono izquierdo, una guitarra pastosa armonizando en el audífono derecho y, en medio, una voz semi desafinada y desinteresada.
Su estilo es sucio pero sumamente emocional. Post Clairo, que fácilmente puede ser el nombre de otra banda underground, es una catarsis absoluta. Armonías que piden tranquilidad interrumpidas por gritos y distorsión. Creo que podría ser alguna versión extraña de Maggot Brain versión emergente mexicano. Pero la melancolía tiene límites, y en este álbum esa frontera se llama Carnaloid.
Punk puro y duro, una voz que no se entiende del todo y las mismas dos notas de guitarra repetidas una y otra vez. Pero en toda buena canción hay contrastes. El eco desolador de los “metales” de la banda interrumpe el ritmo (inserte aquí imagen de personas sudorosas después de un slam abrazándose y meciéndose de un lado al otro).
Pero como buen lanzamiento de underground mexicano, no puede faltar la referencia a Juan Rulfo (gracias, Rulfo, por parir el underground). No sé si Talpa haga referencia al lugar real, al cuento de Rulfo o a la película que se hizo de ese cuento, quiero pensar que es a esta última por el mismo nombre de la banda. Aún así, confiaré sin demasiadas pruebas que esta instrumental desenfrenada con una voz demoniaca es un guiño a uno de los mejores autores que ha tenido nuestro país.
El EP se despide con otro ingrediente de nuestra escena: una canción de nombre largo que haga referencia a la cotidianidad citadina. “Por su seguridad no se recargue en la puerta” tiene un poco de todo lo anterior. Es la canción que pondría sí me preguntaran a qué suena películas de serie b (aunque su mejor canción, en mi opinión, sea Carnaloid).
Así que, si te interesa entrarle a la escena emergente de CDMX, o te crees muy under sólo por tener en tu playlist dos canciones de Diles que no me maten, escucha este EP.
Superb - Surprise Chef
Xavi
La portada de este álbum es una de las más atractivas que he visto. Tiene un estilo de dibujo parecido al de la legendaria revista gringa MAD de los cincuenta, pero están pasando tantas cosas a la vez que me hizo quedarme absorto viéndola un rato. Es muy diferente a las portadas de sus discos previos; fotografías de paisajes que te transmiten tranquilidad y calma, esta no; esta solo transmite caos y espontaneidad.
Es un platillo raro y elegante con todas sus letras, pero delicioso de tragar. Según Internet (lo que sea que eso signifique), es un álbum de R&B/Soul, pero es tan extraño que solo a ratos puedes notarlo. Y es que desde la portada, la banda busca dar a entender que no es un disco de R&B/Soul convencional; es una obra experimental que es diferente a todo lo que han cocinado en el pasado.
A ratos parece como si el disco estuviera hecho por un niño que experimentaba con Incredibox, pero suena tan bien que me vuela la cabeza como solo un músico con Estrella Michelin podría hacerlo. Surprise chef experimenta mucho con distintos ingredientes, una entrada psicodélica con Sleep dreams, para el entremés nos entregan una batería tajante acompañada con un piano tanto agresivo como acogedor en el platillo principal titulado Bully Ball.
Sin una sola letra, pero con un beso de chef y una manita italiana, Superb te llevará a través de su psicodelia experimental jazzera que a veces podrás no entender, pero te va a saber delicioso. No tienes por qué entenderla, la banda no quiere que entiendas nada, simplemente debes dejarte atender por el cocinero en turno y disfrutar del disco en cada bocado. (muac)
Something Soft - Mhaol
Mad
Cuando escuchas este disco por primera vez, no sabes qué esperar. Primero te detienes en la portada: una foto de un gatito asomado por la ventana de un edificio blanco, que bien podría parecer un departamento abandonado. Luego lees el título del álbum: Something Soft, una frase que sugiere una experiencia suave, tal vez reconfortante.
Pero al sumergirte en la música, descubres que estás ante un viaje de sonidos crudos, potentes y viscerales. Tal vez Mhaol quería tendernos una trampa, pero la sorpresa vale totalmente la pena: el contraste es tan intencional como impactante, y pocas veces he encontrado algo similar.
Es una banda atravesada por la perspectiva de género. Su primer disco, Attachment Styles, tiene títulos como Period Sex, Bored of Men, Bisexual Anxiety, y su primer EP se llama Gender Studies.
En este disco se oculta un poco la intención inicial de hablar de manera despiadada de la experiencia de la sexualidad en los 20, y se movieron hacia la crisis existencial (You Are Temporary but the Internet is Forever), los apegos emocionales (I miss my dog), y las relaciones interpersonales. La fusión de las guitarras abrasivas y directas herencia de discos como el Surfer Rosa de Pixies, con momentos más industriales y oscuros que recuerdan a The Collective de Kim Gordon.
Escúchalo cuando necesites una dosis de energía antipatriarcal para salir al mundo. Es un álbum que te dan ganas de correr directo a un concierto de Mhaol, rodearte de moshpits y de otras personas que también están bailando y gritando que los roles de género son un mal transgeneracional que padecemos en colectivo.
Beneath The Lilypad - Alexandra Savior
Carol
Imagina estar sumergido en un estanque donde el agua guarda viejos secretos y susurra instantes del pasado.
Con una mezcla de folk psicodélico y dream pop este disco tiene arreglos suaves y detallados, y una voz que pareciera nos hablara desde otro plano. En su tercer álbum, Saviour nos transporta a un universo sonoro más brumoso y esotérico que en sus trabajos anteriores. La influencia de Drew Erickson, quien produce el álbum, no puede ser negada.
Su historia junto a artistas como Lana Del Rey y Father John Misty se nota en la riqueza viva que se escucha, como si los teclados y cuerdas respiraran y las percusiones marcharan a su lado. Esto se puede escuchar especialmente en The Mothership uno de los momentos más memorables del disco, con su cadencia y melodía que son hipnóticas y elegantes. En esta canción construye un escenario apocalíptico en el que, aunque “Dios”, quien dice es representado como The Mothership se la esté llevando de la tierra (una referencia a cómo ha batallado con su salud mental) ella logra encontrar refugio y tranquilidad en su pareja, que fun fact es Drew Erickson.
Este disco logra consolidar una identidad artística más madura en Saviour, abrazando un estilo mucho más introspectivo, mágico e íntimo.