Por Melina Vázquez
Si hay algo característico de las tortugas es su lentitud para moverse y la expresión que tienen de reflexión y sabiduría. Van por la vida con mucha serenidad y a su paso dejan pensando a los demás cómo es que pueden andar así, sin prisa y sin nervios. Escuchar el nuevo material de Iron & Wine, Ghost on Ghost, es algo parecido.
El álbum anda con una despreocupación envidiable. Consta de 12 canciones y debe ser escuchado con la mente abierta ya que Sam Beam hizo grandes cambios. Esta ocasión, ritmos de blues y jazz adornan el folk melancólico que sus seguidores tanto disfrutan. Hay que mencionar que a diferencia de los álbumes anteriores, Ghost on Ghost fue grabado en un estudio en Brooklyn y Sam contó de nuevo con el apoyo de Rob Burger para su realización.
La letras de las canciones siguen sin ser del todo claras; a primera vista pareciera que sólo hablan de romance, pero si se pone atención, se descubren versos que dan un aire siniestro y contrastan con la dulzura de las melodías. Dejan la sensación de ser algo mucho menos inocente.
El álbum cuenta con ritmos acompasados y coros en los que abundan los “uh”. La primera canción, “Caught in the Briars”, despista y da la impresión de que el disco será mucho más alegre que los discos anteriores. Al llegar a “Joy”, la hipótesis queda descartada ya que regresa el acostumbrado derroche de miel característico de Beam que se asemeja a un abrazo tan cariñoso que no se sabe si se disfruta o tanto amor termina por ser desagradable.
Por otro lado están “Grace for Saints and Ramblers”, “Singers and the Endless Song” y “New Mexico's No Breeze” que son ligeras y más pop de lo que el cantautor acostumbra pero funcionan. “Grass Widow” tiene una gran carga sensual y romántica donde la apacible voz del cantante vuelve a ser el centro de atención. Si se escucha el álbum entero de un tirón, puede resultar pesado porque es muy suave, en cambio, las canciones por separado se pueden apreciar mucho mejor.
Por ahí dicen que la sabiduría de un hombre depende de la longitud de su barba. Si ese fuera el caso, el estadounidense gozaría de una sabiduría amplia y constante. Así como las tortugas, Sam creó un material lento pero sin preocupaciones y experimentó con nuevos instrumentos que enriquecen el sonido de Iron & Wine. Ghost on Ghost puede ser el precedente de un material más contundente pero este álbum sin duda es un experimento elegante que muestra a un Sam Beam interesado en transformar y renovar su música.
Aquí pueden leer sobre su aparición en el Corona Capital del 2012.