Hoy en día, trabajar más de 30 años en una empresa o para un mismo jefe puede no ser la aspiración de cualquier persona que se adentra al mundo laboral. El acelerado ambiente en el que vivimos provoca que busquemos un cambio de aires constante y la paciencia parece agotarse cada vez más rápido. Éste no es el caso de Rafael (Jesús Padilla), un encargado de mantenimiento de la planta de focos Phillips en Tijuana, ni de Lidia (Susana Salazar), empleada doméstica de una señora millonaria de la misma ciudad fronteriza y cuya principal labor es la de atender a una perra galgo tal como su nombre lo indica: cual princesa. De estos dos relatos es de donde, poco a poco, los personajes van arrojando y armando las piezas del rompecabezas de Workers (México-Alemania, 2013). Rafael Heredia, un hombre apunto de cumplir 60, se enfrenta al día que ha esperado durante 30 años: su jubilación. 30 años sin faltar un día, sin tomar vacaciones y ejerciendo de forma ejemplar su labor. Todo parece estar en orden salvo un pequeño detalle en su estado migratorio que amenaza con trabar tan ansiado sueño. De la misma forma, Lidia ha servido a su patrona por más de tres décadas y, tras la muerte de la mujer millonaria, tiene la enorme responsabilidad de cuidar y servir a la principal heredera de la fortuna, la Princesa. No será hasta que la perra muera de causas naturales, que todo el personal de servicio de la casa recibirá su parte correspondiente de herencia por lo que la deben cuidar como si la patrona siguiera viva. Bajo estas premisas es como la historia va soltando hilos narrativos y, la forma en la que estos conectan y adquieren relevancia, es una de las razones por las que Workers funciona como una apuesta diferente.
La óptica desde la cual se plantea la película busca no tener injerencia dramática en la vida y sufrimiento de los personajes, más bien presenta las situaciones a través de largos planos y tomas abiertas con el afán de darle un tono más opaco a la trama y que, de cierta forma, se perciba el aire de humor negro en la atmósfera monótona e injusta que se vive. El trabajo que realiza José Luis Valle al dirigir Workers requiere de la complicidad del espectador para que éste aporte la misma paciencia que tienen los personajes principales en la película para darle sentido a una historia entrañable repleta de pequeños elementos y detalles que elevan a gran escala su factura final.
Workers compite en la categoría Mejor Largometraje Mexicano de Ficción en el FICM 2013: