Actualmente, vivimos una constante transformación en lo que representa- y en lo que no- a la música. Hace un par de décadas, una banda era un grupo de músicos (guitarristas, cantante, bajista y baterista) que tocaban. Normalmente, toda la atención giraba alrededor del cantante. Mientras que el productor, o todos los ingenieros de sonido detrás de la producción, pasaban prácticamente desapercibidos. Hoy, esto ya cambió. Un grupo puede ser un productor/músico y un baterista/productor, que ya después buscan a su voz. Este es el caso de Ultraísta, banda conocida como “el nuevo proyecto de Godrich”.
Su primer álbum, Ultraísta (Temporary Residence, 2012) representa exactamente esta nueva ola musical donde la mayoría del trabajo se enfoca en la post-producción. Con voces de Laura Bettinson, y batería del zurdo Joey Waronker; gran parte del trabajo cae en manos de Nigel Godrich. Al ser “el sexto miembro de Radiohead”, éste se encarga de darle al disco ese toque "ThomYorkeoso". A tal grado que logramos encontrar durante el álbum, un par de canciones que, pareciera, se escaparon de The Eraser, tal como “Gold Dayz” y “You’re Out”.
Las canciones son todas muy similares: empiezan con un ritmo de batería, seguidos de sonidos sintetizados, y finalmente, acompañados de la dulce voz de Bettinson. A lo largo del disco, es notable como los cantos de la inglesa son cortados, pegados y "loopeados" por todas partes, diseñando, de esta manera, el audio. Esto, sin darle mucha importancia a la letra de las canciones, que acaba por ser un par de frases que se repiten durante las piezas.
Es así como logramos presenciar la gran evolución en cuanto a las bandas. El productor/músico es, en este caso, el elemento principal e indispensable de la banda: la marca del sonido. Mientras que la cantante se volvió simplemente la que acompaña las canciones, y llega a ser tan irrelevante que ni página de Wikipedia tiene. Sin embargo, esto no le quita el hecho de que Ultraísta sea una gran producción.