Hacer la re-interpretación de un artista consagrado, puede ser algo riesgoso y resultar con éxito o fracaso. En este caso los frutos han sido favorecedores y llega a un público que no tiene idea de quién fue Agustín Lara, pero a la vez conectó con quienes han vivido y llorado las letras del "Flaco de oro", Natalia Lafourcade supo explotarlo y su presentación en El Plaza Condesa no fue la excepción. La voz del cantante veracruzano y una proyección que hace referencia a los films de los años 40 mexicanos, fueron el preludio a esta nave del tiempo titulada: Mujer Divina.
"Arráncame la vida" fue la primer melodía interpretada por un acordeonista que nos envolvió en su nostalgia y que acompañó el arribó de Natalia Lafourcade. "Farolito" fue la primer canción, acompañada por el mismo acordeón que nos transportó rápidamente a una calle bohemia, húmeda y romántica. El público respondía euforicamente, al parecer sería una noche inolvidable. Tanto así que las colaboraciones fueron el plus perfecto para que la sorpresa creciera más y más.
El primer invitado fue Luis Humberto Navejas, vocalista de Enjambre, quien intentó cantar "María bonita", su participación fue bien intencionada, pero no logró explotar la voz que lo ha caracterizado en su carrera. La diferencia no se hizo esperar y repentinamente llegó la compañía de la reconocida cantante mexicana: Eugenia León, las ovaciones fueron instantáneas, los aplausos no pararon, su cátedra coloreó mágicamente El Plaza Condesa. El merito de Natalia, fue lograr hacer de estas canciones suyas y que el pública siguiera línea por línea, las líricas de éstas. Denise Gutiérrez fue otra de las tripulantes de este viaje en el tiempo, juntas interpretaron "Imposible", la lírica prostibularia de Agustín Lara se coreó a todo pulmón: "Yo se que es imposible que me quieras, que tu amor para mí, fue pasajero y que cambias tus besos por dinero", por momentos el público fue actor de una película del cine de oro mexicano. Continuaron las colaboraciones de Chetes, Billy y Rodrigo de Motel y la curiosa presencia de Santiago Casillas, cantante de la banda emergente Little Jesus.
Pero no todo giró en el homenaje, también sus grandes éxitos salieron a escena, temas como "En el 2000", "Un pato" y"Amarte duele" recibieron la aclamación del público y el ambiente de fiesta generó en Natalia una satisfacción incontenible que no dejaba de repetirla al micrófono. Otro de los detalles más interesantes y relevantes del evento, fueron los músicos que la acompañaron, los cuales, con una excelente e impecable ejecución marcaron la intensidad y suavidad de cada pieza de este sueño que Natalia tenía desde hace mucho tiempo.
Simbólicamente El Plaza Condesa —anteriormente un cine de postín y buenos modales— cobijó estas versiones contemporáneas de una época importante de la música mexicana, la cual junto con el cine marcaron a los bisabuelos y a los abuelos de las nuevas generaciones que vibran ahora con estas canciones de más de 70 años. La evolución de una niña boba a una cantante que quiere ampliar sus horizontes musicales, se reflejó en esta presentación que dejó un buen sabor de boca a los asistentes.