Dirty Projectors @Auditorio Blackberry

Por Eduardo DíazFotos por Francisco Flores

 

Hace 10 años, un estudiante de composición musical de Yale con una guitarra, unos cuantos instrumentos y una voz extravagante que roza lo desafinada, grabó 15 canciones en su grabadora de cassette de cuatro canales desde su dormitorio en New Haven, Connecticut. El álbum llevó por nombre The Graceful Fallen Mango: una compilación  casera de pop ambicioso y experimental. El autor de estas gemas (como dirían los españoles) era nada más y nada menos que Dave Longstreth, líder de lo que después se convertiría en Dirty Projectors.

Lo que empezó en un proyecto solista, donde Longstreth grababa instrumento por instrumento y efectuaba cada una de las voces de sus coros con ayuda ocasional de alguno de sus amigos, terminó convirtiéndose en un conjunto tan bien armado, sólido y capaz, que el día de ayer, 6 de diciembre, y 10 años después, los Dirty Projectors por primera vez visitaron nuestro país y demostraron que, sí, la buena música se adquiere con la madurez y con el tiempo.

El Auditorio Blackberry no se llenó como algunas veces pasadas, James Blake por ejemplo (otra de las presentaciones más memorables del año, por cierto) Sin embargo, esto resultó más una comodidad y una ventaja que un defecto. Se pudo apreciar el concierto desde adelante, no hubo tantos “intrusos”,  y la gente que asistió parecía lo suficientemente interesada como para que Longstreth y su banda sonrieran cada vez que terminaran alguna canción.  El set que los Dirty Projectors presentaron fue una combinación de sus tres producciones anteriores: Bitte Orca, Mount Winterberg Orca (el EP que sacaron en colaboración con Bjork) y, por supuesto, Swing Lo Magellan.

La banda se sentía segura no sólo porque seguramente tocaron más de 100 shows este año -El mismo Longstreth afirmó que con el show de México cerraban su tour del 2012 – sino porque en sus primeros años los Dirty Projectors parecían servir más de una extensión intelectual y creativa para Longstreth. Las coristas  hacían lo que Longstreth no podía grabar más en su dormitorio, por ejemplo; lo de ayer, al contrario, mostró más un conjunto que dialoga entre sí, donde cada uno de los integrantes comparte todo su potencial y complementa la genialidad del grupo.

En fin, la noche terminó con dos canciones para el encore ("Rise Above" y "Stillness Is The Move"), algún detenido por tratar de fumarse su alegría, muchos aplausos y un pensamiento: Que un concierto no sea sold-out no significa que haya sido un mal concierto.

 

 

 

Panamérika 2012: Albumes [Lado B]

Clickaporte: 9 años de ‘Radio Daze’.