La Guerra Fría significó el enfrentamiento ideológico entre dos bloques que querían demostrar qué sistema era mejor: por su parte, Estados Unidos buscaba acrecentar y conservar su zona de influencia y la forma como logró penetrar fue a partir de los medios de comunicación, películas, música y literatura. Durante casi medio siglo, Oriente se vio bombardeado por discursos cargados de contenidos en donde se hizo incansable hincapié en que el mejor estilo de vida era el americano. El fin de la Guerra Fría no significó el término a la constante influencia de Occidente en Asia: mediante Internet, la globalización amplió el dominio cultural y comercial.
Park Jae-Sang (PSY), es un hombre educado en Estados Unidos; resultado de este constante impacto ideológico que ha generado una mimetización en la cultura asiática. PSY vive al estilo occidental, inicia su carrera musical en 2001, con el álbum PSY... From the psycho world!, de ahí a la fecha ha grabado siete discos, pero fue con Gangnam style que se transformó en fenómeno mundial.
A sólo 86 días de su publicación en YouTube, superó los 400 millones de reproducciones; el Récord Guinness ya se rompió con 2.3 millones de clics en el botón me gusta en Facebook y en iTunes logró posicionarse como el primer lugar de videos a nivel mundial. Un hit asiático que ha “conquistado” los charts de Billboard y compite con actos como LMFAO y Carly Rae Jepsen.
Esta influencia creciente de Occidente en Asia ha hecho replantear su modo de vida. Ahora, en Oriente buscan dejar atrás ciertas cosas como su percepción de la belleza, cuando la idealización los ha llevado a modificar no sólo su manera de escuchar música, sino sus formas de vestir y hasta transformar sus rasgos físicos y operarse para quitar lo rasgado de sus ojos o aumentar su estatura.
Pero ello también ocurre en nuestro país con el aumento en el consumo de productos asiáticos como el anime, el manga, el K-pop, el J-pop, el cine e, incluso, la industria automovilística.
Sin duda, Gangnam style seguirá siendo el tema de conversación, pero hay que dejar de lado los prejuicios para prestar atención a las distintas lecturas con las que podemos abordarlo: así es como estamos iniciando el siglo XXI.
Hay que preguntarnos cómo lo concluiremos, ¿será como lo pintan en la distópica Blade runner, donde el mundo en 2019 es un híbrido entre orientales y latinos, en el entorno de una ciudad tóxica y con perpetua lluvia de Los Ángeles?
Texto originalmente escrito para Publimetro: editado el 12 de octubre del 2012