El mundo despide al Papa Francisco, el primer jesuita en llegar al Vaticano

Eran las 7:35 de la mañana de este lunes, tiempo de Roma. Habían pasado 29 días desde que el 23 de marzo, el Papa Francisco fue hospitalizado por una neumonía doble, que lo mantuvo internado en el hospital Gemelli poco más de un mes.

Durante su estancia en Gemelli, el pontífice argentino envió un mensaje a los fieles para agradecer sus oraciones, un mensaje que también sirvió para darle esperanza a millones de católicas y católicos en todo mundo.

Al salir del hospital, el Papa retomó poco a poco sus actividades, a pesar de que los médicos le indicaron reposo.

Tuvo un par de apariciones públicas: el primer paso para la beatificación del arquitecto catalán, Antoni Gaudí; y otra ayer, visiblemente cansado, en la celebración del domingo de Pascua con la correspondiente bendición Urbi et Orbi, desde la plaza de San Pedro.

Horas después, las campanas de Roma, y de prácticamente todas las iglesias del mundo, doblarían por la muerte del que fuera el papa 266 de la iglesia católica, el primer jesuita y el primer latinoamericano en portar el anillo del pescador.

Cerca del mediodía, hora de México, el Vaticano confirmó que el Papa falleció por un derrame cerebral y un ataque cardíaco.

 Durante las primeras horas de este lunes, mandatarios de todo el mundo, incluida la presidenta Claudia Sheinbaum, publicaron en sus redes sociales mensajes en los que expresaron sus condolencias y dejaron ver la influencia del líder de los católicos.

Un jesuita como pocos

Jorge Mario Bergoglio nació en Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Hijo de inmigrantes italianos, creció al lado de su madre y su abuela, quien le enseñó a rezar.

En alguna entrevista, confesó que después de que los padres de su única novia se opusieron a su relación, él le juro que si no estaba con ella, se haría cura. Y así fue. A los 21 ingresó en el seminario diocesano de Villa Devoto, dirigido en ese tiempo por sacerdotes jesuitas, lo que marcó su manera de ver al mundo.

Estudio filosofía y se graduó en Teología; además, aprendió francés, italiano, alemán, inglés, latín y griego.

Su paso por la Compañía de Jesús le ayudó a forjarse en la austeridad, la humildad y el compromiso con la comunidad y los pobres, pilares de la congregación.

A los 32 años se ordenó sacerdote; poco tiempo después lo eligen como provincial de la orden, y más tarde, fue director espiritual y confesor de la Compañía de Jesús. Juan Pablo II lo nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires en 1992.

A partir de este cargo, sus funciones dentro de la iglesia solo va en ascenso: vicario episcopal, vicario general, arzobispo y cardenal.

Tras la renuncia de Benedicto XVI, Jorge Bergoglio es elegido Papa, y decide adoptar el nombre de Francisco, por San Francisco de Asís, y como un recordatorio de la humildad y la austeridad que guió la vida del santo.

Las diferencias

Más allá de las críticas que recibió a lo largo de su vida por su ideología política (era peronista), por -supuestamente- no haber denunciado la desaparición de sacerdotes durante la dictadura en Argentina, el Papa Francisco marcó un hito dentro de la iglesia.

Desde su acercamiento a minorías vulneradas y rechazadas, como la comunidad LGBTQ+ y los migrantes, pasando su eterno caminar por comunidades pobres, el pontífice puso sobre la mesa temas que incomodaron a muchos, incluso dentro de la propia iglesia.

Erradicó los lujos que la Curia ha ostentado a través de los siglos, buscó darle un mejor a las mujeres, aunque sus reformas se quedaron cortas en ese sentido, y se convirtió en un puente para lograr la paz en los actuales conflictos mundiales, aunque sus esfuerzos no fructificaran.

 Qué sigue

A casi 12 horas del anuncio del deceso del Papa, en voz del camarlengo, el cardenal irlandés-estadounidense Kevin Joseph Farrell, se realizaron los ritos de leer la constancia del fallecimiento y la colocación del cuerpo en un féretro, mismo que él designó. Se prevé que los funerales de Jorge Mario Bergoglio culminen entre el 25 y 27 de abril

Antes de esto, el camarlengo cerró y selló la residencia personal del Papa en la casa de huéspedes de Santa Marta, donde residió lejos de los lujos del Palacio Pontificio

Farrell debe enviar una carta a los cardenales del mundo que cumplan con los requisitos que la misma iglesia impone (como que sean menores de 80 años), para que asistan al cónclave en la Capilla Sixtina y se nombre al sucesor del argentino.

Se calculan que acudan a la cita unos 135 cardenales, que pueden votar y ser votados; quien resulte electo deberá reunir alrededor de 90 votos.

El proceso es el siguiente: se preparan las papeletas (preescrutinio) en las que se emitirá el voto. Este paso implica la distribución, así como la designación de recogedores y escrutadores. La votación se realiza en secreto.

Después, los votos se contabilizan, se confirman y luego se queman.

Si no se elige a nadie, se celebra un máximo de cuatro votaciones por cada día posterior dal inicio del cónclave, y se queman las papeletas, lo cual es visible para quienes se apostan en la Plaza de San Pedro, ya que el humo, en esos casos, es de color negro. Si al tercer día de votaciones no se elige al nuevo Papa, los miembros del cónclave se toman un día entero para orar y definir nuevamente su voto. El ciclo hasta elegir entre los dos candidatos que hayan tenido más votos.

Cuando los cardenales logran el consenso, queman las papeletas, pero el humo ahora es de color blanco, lo que indica que hay un nuevo Papa.

Como dato interesante, hasta hace poco, el Vaticano reveló las sustancias que forman parte de las papeletas, y que dan el color al humo que la gente puede ver.

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